jueves, 13 de diciembre de 2012

Cierre

No es por el clima ni las fechas decembrinas que este día he despertado con la necesidad de solucionar situaciones que jamás debieron presentarse.

Desde el diciembre pasado personal y familiarmente hemos atravesado por experiencias bastante difíciles, hechos que aún no me siento capaz de entender que son reales, pero que en particular me han invitado a crecer más como persona, me han unido significativamente con familiares que amo y que, a su vez, permitieron que me diera  cuenta que realmente soy un ser apasionado capaz de dar su vida por lo demás, que apoyo en las buenas y sobretodo en las malas aún y cuando los demás me creían incapaz de hacerlo bien.

Dentro de lo malo, lo bueno dicen por ahí. Este año mi vida dio un giro que desde hace mucho esperaba, mi relación es más sólida y me reencontré con familiares que hace tiempo no saludaba, eso me hizo sentir muy bien. También hace una semana tuve mi última clase como estudiante de posgrado, lo cual sumo como un éxito a mi lista de metas a culminar.

Sin embargo, por ahí tengo lazos rotos que me gustaría reparar, estoy consciente de que nada será jamás igual que antes pero algo se puede obtener, al final de cuentas todos somos seres humanos que solemos equivocarnos pero con la capacidad de reconocer y aceptar nuestras fallas.