lunes, 10 de febrero de 2014

Bajar la guardia

Toda paciencia llega a un límite, pensé que nunca hablaría pero después de sentir el desahogo me di cuenta que hubiera sido mejor guardar silencio... en algunas familias así funcionan mejor las cosas: uno hace y deshace y los otros simplemente aceptan; yo me atreví a romper la dinámica del grupo.

No soy un "Pan de Dios", como muchas veces cierta persona me lo ha repetido, pero soy una buena persona que ayuda y hace por los demás todo lo que esté a su alcance e incluso un poco más, creo que doy lo mejor pensando que es lo que me gustaría que hicieran por mí. Sin embargo, nada en exceso es tan bueno... a veces das tanto que te cansas de no recibir, entonces se empieza a llenar el costalito y la impotencia en seguir callando cada vez es más fuerte, hasta que llega el momento en que no puedes más y alzas la voz.

Eso sucedió hace casi una semana, por algo que a simple vista parece una tontería perdí el control y expresé todo lo que sentía, medí mis palabras para no ofender a nadie, pero todo se me fue de las manos y pasé de ser "victima" a "victimaria", Cómo sucedió? Al momento no lo sé pero alguien me dijo que eché todo a perder, en pocas palabras: ya la había ca#$@o por haber manifestado mi sentir, indirectamente porque nisiquiera he hablado con la persona que me hizo que salir de mis cabales. 

Reconozco que el fin de semana fui grosera, intenté hablar como la gente normal pero creo que a nadie le agrada que le levanten la voz y preferí pasar mi mensaje y colgar, mi acción empeoró todo, fue ahí donde "me voltearon la tortilla", un drama, un show y yo lo único que quería era señalar los limites entre "los favores", "la confianza" y el "abuso", pero lo que logré fue romper un lazo de amistad, Por qué? Las cosas funcionaban mejor cuando callaba, así no agraviaba a nadie con mis peticiones.

Ahora, debo arreglar la situaciacion y bajar la guardia, no por mí, sino por aquella persona que se vio afectada cuando lo puse entre la espada y la pared.