En cierta ocasión, alguien preguntó si las segundas oportunidades son buenas o malas... yo no las juzgaría como tales, tampoco otorgaría una respuesta que se tome como la verdad absoluta.
Sin tomar como base mis antecentes personales, y sin adquirir una postura a favor o en contra, puesto que existe la libertad de expresión lo que conlleva a que, siendo seres racionales, analicemos las situaciones desde diferentes enfoques, abriendo debates, etc. como sea, jamás podremos llegar a un acuerdo y mucho menos podríamos decir "esto es lo correcto".
Para llegar a una respuesta concreta, o tomar la decisión "adecuada", considero que se debe realizar un análisis de los pros y los contra, sobre todo tener presente el motivo por el que terminaron, ya que nadie puede asegurar que no se repetirá. No pretendo influir ni manipular decisiones, cada quien es libre de tomar lo que considere conveniente.
Los sentimientos son bombas mortales y rara vez permiten pensar con claridad, siendo que este tipo de situaciones deben tomarse con seriedad ya que no son decisiones sencillas, y humanamente el temor a equivocarse siempre está presente.
Considero que solo probando se puede llegar a una respuesta, tomaré "probar" como un factor para lograr un aprendizaje basado en la experiencia, de esa manera, cada individuo puede descubrir si otorgar la segunda oportunidad fue una idea factible o solo una decisión que le sirvió para percatarse que esa persona ya no es la indicada, que ya no es el complemento amoroso para ser feliz, como regularmente se dice "ya no son el uno para el otro", yo lo escribiría como "no son lo que cada uno quiere para si".
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